Claves para construir un proceso de scouting
- Di Pasqua Nicolas
- 18 nov 2024
- 4 Min. de lectura
El armado de una metodología que abarque todo el procedimiento de trabajo de los ojeadores necesita de un diagnóstico previo. Allí se establecerán parámetros para constituir un método adecuado a la estructura para la cual se realiza, teniendo en cuenta distintos factores decisivos.
Es fundamental interpretar desde el inicio que el scouting no consiste en la detección de talento sino en la construcción de un proceso que reduzca el margen de error y amplifique las posibilidades de éxito al intentar contratar los perfiles más adecuados para la estructura de trabajo que lo acuña.
En este sentido queda claro que cada organización tendrá un proceso exclusivo que se adaptará a sus recursos y posibilidades en busca de cumplir con el objetivo que establezca como meta. Esta exclusividad no significa más que un método de trabajo que tendrá en cuenta una serie de elementos inherentes al club, empresa o federación que lo aplique, incluyendo, lógicamente, el resultado que se pretende obtener al final del camino.
El ejercicio de diagnóstico sienta las bases de la conformación de la metodología de scouting a través de la evaluación de tres aspectos fundamentales: el establecimiento de los objetivos finales, la evaluación de los recursos disponibles y la realización de un análisis exhaustivo de la situación interna de la organización y del contexto que afrontará en la búsqueda de la meta propuesta. Nos adentraremos un poco en cada ítem:

Objetivos
Las metas que la organización persigue no refieren solo a resultados deportivos sino a tipificar aquellos perfiles que queremos obtener en cada etapa del proceso de scouting. Para ello vale la pena centrarse en algunos puntales básicos:
Objetivos presupuestarios: son aquellos límites presupuestarios que la organización se fija y que podemos complementar con información de los mercados para puntualizar con mayor detalle a la hora de ir a buscar un futbolista para cada una de las posiciones del equipo.
Objetivos deportivos: cada organización debe tener una meta deportiva coherente con sus posibilidades reales. Si se establece un objetivo que en la realidad es inalcanzable todo esfuerzo por cumplirlo será estéril. Si el método de scouting se desarrolla en un club con un presupuesto muy bajo para el ámbito en que compite, es muy probable que plantearse una pelea por el título sea un horizonte inalcanzable. Sin embargo, si tenemos antecedentes que nos permiten sostener la idea de un objetivo audaz pero probable, la misma metodología se encargará de resolver los inconvenientes que plantea la falta de recursos.
Tipología de futbolistas: otro de los objetivos importantes refiere a las características de los jugadores que vamos a priorizar a la hora de definir el proceso de scouting. Esto nos permitirá, en complemento con la información presupuestaria, aprovechar nuestros recursos identificando los espacios donde podemos encontrar futbolistas aptos para las necesidades de la organización.
Para ello necesitamos identificar cuáles son las características técnicas, tácticas, físicas y actitudinales ideales para nuestro modelo de juego y nadie mejor que nuestro cuerpo técnico para definirlas. Esas características servirán de molde para evaluar a los deportistas durante la etapa de análisis, intentando alcanzar un grado óptimo de cumplimiento con aquellas cualidades necesarias.
Recursos
Resulta fundamental evaluar la disponibilidad y la necesidad de recursos de todo tipo al plantearnos alcanzar un objetivo. El establecimiento de una meta propone la disponibilidad de los recursos de distinta índole para alcanzarla. La presencia de recursos humanos, monetarios, tecnológicos y logísticos que permitan asegurar el cumplimiento de un proceso eficiente y eficaz es un elemento sustancial en la posibilidad de éxito.
Claro que el proceso deberá potenciar y optimizar los recursos disponibles. La falta de un recurso por sí sola no limita el resultado final. Lo que se debe explorar en el diagnóstico es el potencial de esos recursos y cuál puede ser el alcance de los mismos en un proceso. En definitiva, lo que debemos saber es el grado de probabilidades de alcanzar el resultado esperado con los recursos disponibles puestos al servicio de un proceso que maximice su rendimiento. Si esa evaluación previa no nos acerca al objetivo final esperado solo quedan dos opciones: aceptar la reducción de los objetivos o aumentar razonablemente la cantidad de herramientas disponibles.

Análisis
Dentro del ejercicio de diagnóstico se debe establecer un análisis global. No solo serán evaluadas las características internas de la organización, obteniendo de esa observación las fortalezas y debilidades propias de nuestra estructura general. También debemos tener en cuenta la influencia del contexto a través de la revisión de las oportunidades y las amenazas que este implica en el camino hacia los objetivos planteados.
Si bien hay distintos tipos de análisis aplicables, existe una metodología de análisis probada para estos casos: el Análisis FODA. Este formato basa su estructura en la detección de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas, en el interior de la organización y en el contexto externo e incontrolable para establecer los pasos a seguir en el proceso. Este deberá tender a potenciar las fortalezas, aprovechar las oportunidades, esconder las debilidades y evadir o afrontar correctamente las amenazas.
Cada uno de estos aspectos decisivos a la hora de ejecutar el ejercicio de diagnóstico cuentan con una profundidad importante que será tema de otros artículos. Pero, a nivel general, el establecimiento de objetivos posibles, la revisión de los recursos disponibles y su potencial y el análisis interno y externo son los pilares sobre los que se construirá el proceso de scouting. Un método que debemos diseñar a medida y que, a través de la optimización de las herramientas económicas, humanas, tecnológicas y logísticas, deberá trasladarnos al cumplimiento de las metas institucionales.
Di Pasqua Nicolas

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