top of page

La dualidad entre dirigir y descubrir

  • Foto del escritor: Arismendi Ignacio
    Arismendi Ignacio
  • 18 ene
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 9 may

Cuando el presupuesto aprieta, el DT se convierte en todo: estratega, motivador y hasta cazador de talentos. En este artículo te contamos cómo, con una libreta en mano y mucha intuición, logran dirigir equipos y descubrir jugadores que mantienen viva la magia del fútbol, incluso en los escenarios más modestos.


En los clubes donde el presupuesto ajusta las posibilidades, el entrenador no solo tiene que dirigir, sino que también debe hacer de scout. Tiene que evaluar jugadores con un ojo que va más allá de los goles o los destellos técnicos, para decidir si tienen lo necesario para encajar en el equipo. Todo esto mientras organiza el esquema para el próximo partido y soluciona imprevistos diarios como la lesión de un titular o cómo llegar al próximo partido con los recursos disponibles. Es un rol que exige equilibrio y mucha creatividad.


El DT-scout necesita un ojo clínico. No basta con notar que un jugador destaca en su liga; hay que entender si puede sostener su rendimiento bajo presión, si tiene la mentalidad adecuada para crecer en un entorno competitivo y cómo se relacionará con sus compañeros. En este trabajo, el DT es un poco psicólogo, un poco entrenador y, muchas veces, un poco visionario. Además, debe manejarse con discreción, ya que en muchas ocasiones las oportunidades de fichar un talento dependen de actuar rápido antes de que otros equipos pongan sus ojos en el mismo objetivo.


Este doble rol trae sus desafíos. Mientras se concentra en buscar talento, puede que se descuide un detalle del entrenamiento o que las largas horas revisando videos lo desgasten. Sin una organización clara, el riesgo de desbordarse es alto. Por eso, los que logran equilibrar ambas tareas desarrollan sistemas para optimizar su tiempo y delegan cuando es necesario, confiando en asistentes y recursos locales. Herramientas como el videoanálisis y plataformas digitales también juegan un rol importante, permitiendo al entrenador acceder a información clave sin tener que recorrer largas distancias constantemente.



En el día a día, un DT-scout tiene que ser pragmático. Por ejemplo, podría priorizar a jugadores que, además de talento, sean versátiles y puedan desempeñarse en varias posiciones. Esto no solo amplía las opciones tácticas del equipo, sino que también asegura que el club saque el máximo provecho de su inversión. Además, tiene que trabajar de cerca con sus auxiliares para crear una red confiable que lo mantenga informado sobre ligas locales y jugadores emergentes.


Las historias de éxito son muchas. Están los entrenadores que descubren jugadores en ligas menores y los convierten en pilares de su equipo. Por ejemplo, figuras como Marcelo Bielsa han sabido nutrirse de su capacidad de observación para encontrar jugadores desconocidos que luego se transformaron en figuras internacionales. O casos como el de Diego Simeone, quien en sus inicios como entrenador tuvo que ser tan cuidadoso en la elección de jugadores como en sus planteos tácticos. También es destacable la capacidad de entrenadores en categorías de ascenso, que con presupuestos limitados han descubierto jugadores clave que luego brillaron en escenarios mayores.


Sin embargo, no todos los casos son éxitos inmediatos. A veces, un jugador promesa no se adapta al ritmo de competencia o su desarrollo se detiene por factores externos. Pero incluso en estos casos, el trabajo del DT-scout es valioso porque fortalece la estructura del club y fomenta una cultura de búsqueda constante de mejora. Además, permite identificar patrones que pueden mejorar los procesos de selección y formación en el futuro.


Otro aspecto clave es la capacidad del DT-scout para adaptarse a distintas realidades. No es lo mismo buscar talento en un club de primera división que en uno de ascenso. Mientras que en los clubes grandes el enfoque puede estar en el impacto inmediato, en los más chicos la mirada está puesta en el desarrollo a largo plazo. Saber leer estas diferencias y ajustar su búsqueda a las necesidades reales del equipo es lo que diferencia a los buenos entrenadores de los extraordinarios.



En estos clubes, muchas veces el DT-scout tiene que basarse en una red de contactos locales, personas que conocen los torneos barriales y las ligas menores donde los talentos suelen aparecer. En algunos casos, estas redes también incluyen exjugadores o aficionados que se convierten en aliados clave para rastrear posibles incorporaciones. Esto hace que el fútbol no solo sea una cuestión de técnica, sino también de comunidad.


El aspecto emocional también juega un rol importante. Cuando un DT descubre a un jugador joven, debe trabajar en construir su confianza y ayudarlo a adaptarse a un nivel competitivo que puede resultar abrumador. Esto incluye no solo el trabajo en cancha, sino también acompañarlo en su desarrollo personal, siendo un mentor que equilibre las expectativas con la realidad.


La realidad del fútbol actual muestra que, aunque la tecnología ha transformado el scouting, el ojo humano sigue siendo insustituible. Plataformas como WyScout o InStat aportan datos precisos, pero ninguna reemplaza la intuición y experiencia del DT que sabe interpretar las pequeñas señales que diferencian a un jugador promedio de uno excepcional. Por eso, el equilibrio entre tecnología y conocimiento humano es clave para el éxito en esta doble función. Además, estas herramientas son costosas y muchas veces inaccesibles para clubes pequeños, lo que refuerza la importancia del conocimiento de campo.


La formación también es un desafío. Aunque existen cursos para entrenadores, pocas veces incluyen módulos específicos sobre scouting. Esto hace que muchos DTs tengan que formarse de manera autodidacta, observando partidos y analizando jugadores por su cuenta. Aquellos que logran dominar ambas facetas no solo se convierten en piezas valiosas para sus clubes, sino que también se posicionan mejor en su carrera profesional.


Para quienes sueñan con convertirse en entrenadores o scouts, el ejemplo del DT-scout es inspirador. Demuestra que el esfuerzo, la pasión y la capacidad de adaptarse a las circunstancias pueden abrir puertas en el mundo competitivo del fútbol. Y también nos recuerda que, al final del día, lo más importante es mantener vivo el sueño de encontrar al próximo crack que haga vibrar a una hinchada. Porque, al fin y al cabo, de eso se trata este hermoso deporte: de soñar y hacer realidad esos sueños.


En definitiva, el DT-scout no solo busca talentos: construye historias. Cada jugador que descubre, cada decisión que toma y cada enseñanza que deja en sus dirigidos forman parte de un legado que trasciende los resultados. Es una figura que equilibra la planificación estratégica con la pasión por el juego, recordándonos que el fútbol, más allá de los negocios y las estadísticas, sigue siendo un arte en constante evolución. Así que, la próxima vez que veas a un entrenador en una tribuna, no lo mires como a un simple espectador: es, quizás, el arquitecto de los próximos sueños que veremos brillar en la cancha.


Ignacio Arismendi

Inteligencia artificial

Comments


contex 3.png

Desde muchas partes del globo...

¡No te pierdas ni un solo detalle del fascinante mundo del fútbol!

 

Suscríbete ahora mismo a nuestro correo y sé el primero en recibir la última edición de nuestra revista digital.

Suscribete
bottom of page