Tras los pasos del nuevo Messi
- Santos Ignacio
- 18 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Los objetivos de cada uno de los clubes al plantear un proceso de scouting proponen diferencias sustanciales detrás de búsquedas similares. Todos buscan el mejor talento, pero los espacios de acción y las características ponderadas son particulares de cada organización.
La siguiente frase, surgida de la boca de Fabio Radaelli, Director de Scouting del Club Atlético River Plate, define el objetivo final del scouting como actividad: “Todos estamos buscando al nuevo Messi, aun sabiendo que es muy difícil que encontremos ese talento. Pero esa búsqueda, implica una batalla, con armas diferentes, para cada uno de los clubes que competimos en esa tarea”.
Luego de realizar una serie de entrevistas con responsables de detección de talentos de diferentes clubes y diferentes categorías, se pueden sacar conclusiones acerca de las modalidades de búsqueda de talento en el fútbol argentino.
Cuando hablamos de herramientas para la búsqueda y captación de jugadores en el ámbito infanto-juvenil, nos referimos directamente a la capacidad presupuestaria y a la disponibilidad de recursos que cada organización puede acoger. En este aspecto se deben tomar en cuenta elementos no tangibles, como la trascendencia que tiene el club en el territorio donde se ubica, y otros más visibles como la agenda de contactos, la posibilidad de albergue para los chicos a prueba, la calidad de los ojeadores, etc.
En un club como River Plate, uno de los más importantes de Argentina, el Departamento de Captación cuenta con un grupo de trabajo de 25 personas que se distribuyen territorialmente, dentro del conurbano bonaerense y en el interior del país. Ellos tienen predeterminado, el perfil de jugador que buscan para cada posición y dentro de cada rango etareo. Lo llaman “el ADN de River”.
En todas las posiciones buscan jugadores con habilidades técnicas. Esto parece una obviedad, sin embargo no ocurre en la mayoría de los clubes, por ejemplo, en los puestos defensivos. Para esto, además de generar pruebas focalizadas, conforman selectivos regionales con jugadores a evaluar y los hacen competir para llevarlos a un nivel superior al de una prueba tradicional. Por otra parte, realizan un trabajo de scouting para jugadores de 15 a 17 años que están jugando en planteles superiores en las ligas del interior, que presupone una preparación exhaustiva para la competencia que requieren.
En el caso del Club Atlético Lanús, club de menor volumen que River, pero de gran prestigio los últimos años en la promoción de jugadores de élite, el trabajo está más centrado en el área de influencia de la institución. Es decir que, si bien reciben talentos de todo el país, el gran porcentaje de sus jugadores provienen del futbol base del conurbano bonaerense (baby futbol), sobre todo de la zona Sur del Gran Buenos Aires.
Lanús fue pionero en la realización de acuerdos estratégicos con los clubes de barrio y las federaciones que aglutinan a esas instituciones dentro de sus competencias. Así fue, que con F.A.D.I -Federación Argentina de Deportes Infantiles-, la federación más grande de futbol infantil de la Provincia de Buenos Aires, acordó la firma de una compensación por ventas de cada jugador surgido de algún de los clubes de esa comunidad deportiva. Esto generó gran predisposición para acercar niños talentosos al club, ya que la mayoría de las entidades barriales nunca habían recibido reconocimiento económico alguno por la formación de los futbolistas en edades tan tempranas.
La ciudad de Rosario, ha sido cuna de inmensidad de jugadores consagrados a lo largo de la historia. Esto otorga alguna facilidad agregada a Newell`s Old Boys y Rosario Central para la precoz detección de talento. Pero también es cierto que su búsqueda se amplía en toda la provincia y también en la de Córdoba, tanto por una cuestión de cercanía geográfica como por el biotipo de jugador que surge de esa zona.
Luego, cada club hace su propio análisis territorial para buscar al talento, pero la mayoría coincide en los objetivos de búsqueda y ahí comienza la batalla por imponerse con las mejores condiciones, tanto para el jugador y su familia como para el club de origen.

En Racing Club, por ejemplo, durante muchos años, se usó como base la famosa región denominada “la Cuenca Lechera”. Los estudios realizados arrojaban que, en esa zona, los jugadores tenían un perfil adecuado tanto en lo físico como en lo cognitivo. Esto achicaba sustancialmente el margen de error en su carrera hacia el profesionalismo y como resultado podemos citar nombres como los de Luciano Vietto, Lautaro Martinez, Juan Musso, Brian Mansilla, Juan Dinenno, entre otros. Ésta tarea se realizaba sin descuidar la primera usina de captación del club, que era su “baby” futbol, de donde surgieron figuras de la talla de Rodrigo De Paul, Ricardo Centurión, Luis Fariña, Matías Zaracho, Bruno Zuculini o Diego Milito.
El seleccionado argentino refleja un poco la configuración geográfica de los mapas de captación de estos días. La “Scaloneta” contuvo mayoría de jugadores (12) nacidos en la Provincia de Buenos Aires. El resto de los jugadores se dividen entre Córdoba (6), Santa Fe (5), Entre Ríos (2), CABA (2), y La Pampa (1), Neuquén (1) y Tucumán (1), formulando un interesante crisol que permite destacar las zonas más buscadas para los procesos de captación en nuestro fútbol.
Como corolario es útil citar un párrafo genialmente escrito por Fabian D’Aloisio y Juan Stanisci en su libro “Semilleros”
“Tierra Fértil para seguir Sembrando. En el partido del Siglo vimos dejos de potreros y clubes de barrio. Al igual que todos los encuentros anteriores transmitidos por la TV pública, la Final de la Copa Mundial de Futbol contra Francia tuvo como singularidad la presentación de la formación del equipo resaltando los lugares de origen de cada uno de los jugadores de la selección nacional: Emiliano Martínez de Mar del Plata (Buenos Aires), Nahuel Molina de Embalse (Córdoba), Cristian Romero de Córdoba Capital, Nicolás Otamendi el Talar (Buenos Aires), Nicolás Tagliafico de Rafael Calzada (Gran Buenos Aires), Rodrigo De Paul de Sarandí (Gran Buenos Aires), Enzo Fernández de San Martin (Gran Buenos Aires), Alexis Mc Allister de Santa Rosa (La Pampa), Ángel Di María de Rosario (Santa Fe), Julián Álvarez de Calchín (Córdoba) y Leo Messi de Rosario (Santa Fe), conducidos por Leonel Scaloni de Pujato (Santa Fe).
Ahora bien, ¿por qué resultaría valioso escuchar el nombre de la localidad de donde son oriundos cada uno de los jugadores mientras un periodista relata cómo forma Argentina? Para tener memoria. Para conocer de dónde vienen los futbolistas profesionales que hoy hacen carrera y se destacan en los clubes más exitosos de Europa y del Mundo…”
Santos Ignacio

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